La Hipnosis Ericksoniana. Más de lo que parece.
La Hipnosis Ericksoniana no es tan solo acceder a tu mente inconsciente. No es tan solo una forma de reescribir los guiones que en tu historia personal has ido acumulando y representando. No es tan solo una herramienta de cambio profundo desde el interior.
La Hipnosis Ericksoniana, es, junto a lo anterior, y por encima de todas esas opciones, una manera de acercarse y de estar presente junto al ser humano. Desde el respeto, desde la confianza, desde la acogida amable, desde la seguridad de que, cuando creas un espacio propicio para la exploración, siempre hay una parte profunda dispuesta a aceptar esa invitación.
La Hipnosis Ericksoniana no invita a dormir y propone despertar. Y todo ello, desde la convicción profunda de Milton Erickson, en la capacidad natural del ser humano para cambiar. Y para ello, el medio, la actitud. El escenario, el espacio creado. La herramienta, la palabra y sus silencios, porque sin silencios, no hay espacio para que las notas dejen de ser ruido y pasen a convertirse en música.
Si utilizas la palabra, si te relacionas con seres humanos, si te mueve la curiosidad por lo visible y por lo que, sin serlo, intuyes que está, la Hipnosis Ericksoniana es una puerta de entrada a un espacio donde poder mejorar tu comunicación, tu curiosidad, tu forma de ser y estar, junto a ti y junto a otros.
La flor no se exige pétalos, aroma o longitud, pero se permite responder a su esencia. La presencia que te propone la Hipnosis Ericksoniana, es el estadio previo a esa esencia que tú también eres.
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